El Niño que nació en Belén no es ni blanco, ni negro, ni judío, ni ario, ni alemán, ni ruso; es el hijo del Espíritu y de la Virgen, es decir, el hombre sin raza que vive en la Tierra sin fronteras para aprender a padecer. Por eso es la fiesta de Navidad fiesta de todos los hombres y todos los hogares donde una madre inerme protege a un niño más inerme todavía. Fiesta de solidaridad humana y de paz.
Pero -ya lo dice la palabra sagrada- de Paz tan sólo para los hombres de buena voluntad.
Salvador de Madariaga
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