Acudimos a la plaza de Madrid con la intención de no enfadarnos y a ver si con tiempo de verano y Curro Díaz en el cartel hay toros, toreros, gente y nos animamos. Pues no. Esto va de mal en peor y lo triste es que nadie hace nada.
Nuestro punto de encuentro con amigos y aficionados frente a las taquillas. Hemos visto bastante gente darse la vuelta y marcharse. Algunos de fuera de Madrid. Asustados de los precios. Esos no vuelven.
Después ya en nuestra entrada, una grada de sombra, al precio de lo que antes costaba un tendido bajo de sombra. Son presuntos estafadores. No nos quitarán la afición, sólo que nos obligan a quedarnos en casa. Esos precios sólo si eres político puedes aguantarlo. Vimos que la entrada era de pena no llegaba a un tercio contando el tifus. Una vergüenza.
De los toros anunciados casi nada. Decían el Tajo y la Reina. Salieron del Tajo, de Martín Arránz, de las Ramblas, de Martín Lorca y de Escribano Martín. Menuda ristra y menuda presentación. Sin presencia y sin fuerza. El cuarto medio sirvió, y para de contar.
El pobre Borja Jiménez si se queda en casa mejor. Mal favor le han hecho a un joven con buenas maneras. Así no es posible renovar el escalafón, es lo que quieren, y lo consiguen.
Curro Díaz fuera de la feria y sin suerte, pese a todo dibujó muletazos de una belleza extraordinaria; momentos, retazos, gusto en sus faenas que, acorde con lo que le ofrecía el toro era capaz de crear. Una pena que, su gran estocada al primero de su lote al que le ovacionaron con fuerza, de haberla realizado en su segundo, la oreja de peso estaba en su esportón. Todo quedó en dos atronadoras ovaciones de las pocas gentes que éramos en el tendido. Y a este gran torero la empresa lo ha dejado fuera de la feria pero, ¿creen ustedes que algún político ha roto una lanza por este diestro que tiene todos los atributos para estar en dicha feria?
Garrido puso ganas, siempre queriendo, otro joven que se cierra puertas.
Corrida larguísima y aburrida. Sólo los que chillan toro, toro, se lo pasaron bien.
Algún consejero perdido en su burladero, pocos muy pocos. ¿Dónde estarán? Esta plaza se muere más pronto que tarde. Ese era el comentario a la salida. Seguimos animando a la afición a levantarse, a protestar por lo que es suyo.
Si el dos de Mayo no les damos la espalda no entrando en la plaza y plantándonos en un solo grito, habremos muerto para siempre. Y pensábamos que los antitaurinos eran de izquierda. Pues ya lo ven.
El año pasado Emilio de Justo en solitario. 20.139 espectadores. Resultó herido en su primero y Álvaro de la Calle se ganó a la afición de Madrid. Esta es la muestra de lo que fue y lo que es Madrid. En sólo un año. Pliego nuevo. Plaza vacía.
No se les cae la cara de vergüenza. Nautalia, un francés productor y un mejicano sindicalista. Estos son los artífices y los políticos los consentidores. Y los madrileños, los que vienen de fuera que se jodan.
En nuestras manos está.
Ayuso que te vote Nautalia
Rafael Ortega
En la imagen de Andrew Moore, Curro Díaz, el torero más sobresaliente de ayer en Madrid.
La entrada La opinión del aficionado: Resurrección, no calvario se publicó primero en Toros de Lidia.
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