¡Descansa en paz, entonces, querido padre Juan Claudio! ¡Hoy la ola celeste, surgida en Argentina, crece y se multiplica en distintas latitudes del mundo! Seguiremos dando el buen combate (2 Tm 4, 7), hasta morir en la raya. Porque para nosotros la única Elección que verdaderamente cuenta es la que hacemos, cada día, con su gracia, por Dios Nuestro Señor; nuestro Único Señor
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